En Francia, donde se busca un tono elegante y amable para decir las cosas, a los gitanos se les mete en el saco de los Gens du Voyage. Pero Sarkozy, el Berlusconi de turno, no quiere ser ni elegante ni amable con estos viajeros y el pasado verano ordenó desmantelar sus barracas y los echó de Francia. Pero no todos se fueron. Los gitanos que aparecen retratados en estas fotos se han quedado a reconstruir sus vidas en tres terrenos llanos, sin luz ni agua, que les ha cedido el
Ayuntamiento de Sant Dennis.
Terente
Ciobotaru es uno de los realojados. Es el patriarca de una prole que se
estableció hace más de 20 años en Francia. Todos sus hijos llevan nombres
rumanos, excepto aquel que nació en Francia. Él se llama París.
Antes
vivían en Hanul, uno de los asentamientos gitanos más antiguos en París, donde
habitaban 400 personas. Tenían de todo. Las autoridades locales les abastecían
de agua y cada familia disponía de un motor para generar electricidad en sus
barracas. Una mañana el ruido de esos motores dejó de sonar y fueron
desalojados.
Un
total de 128 personas de Hanul fueron reubicadas en Sant Dennis y podrán
quedarse allí un año. De momento comparten vecindario con otros colectivos
marginados que alquilan casas con aviso de derribo en el portal.
Los
hombres se levantan por la mañana para encender el fuego del campamento,
lavarse la cara y tomar un café antes de volver a buscar tablones, puertas,
ventanas, alfombras, lonas rotas, parasoles y todo lo que les sirva para poner de
pie sus barracas nuevamente.
Las
mujeres van a dejar a los niños al nuevo colegio, algunas van al centro de
París a recolectar dinero y luego vuelven a cocinar por turnos sobre el mismo
fuego que se apagará cuando termine el día y se enciendan velas en cada una de
las barracas.
Una
de las mujeres más fotografiadas se llama Bañicaraisa, madre de dos niños, que
pasa las horas contemplando el fuego y esperando recuperar la normalidad.
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Sobre Edu Leon: Si colocan su nombre en google encontraran informacion sobre un fotografo que ha sido detenido muchismas veces,ademas ha enfrentado varios juicios,algunos pudieran pensar que se habla de un delincuente pero no es asi,el se ha dedicado a vivir y compartir las desventuras de inmigrantes en algunas partes del mundo cosa que a las autoridades no les gusta mucho. He podido conversar con el y me dice que no dejara de fotografiar este tema de compartir de corazon con estas personas que sufren de la persecusion de las autoridades. En mi opinion un fotografo muy humano con gran sentido comun como pocos.
